sábado, 21 de agosto de 2010

Contigo la noche más bella


El invierno me hace nostálgica hacia el calor
más cuando recuerdo que el frío es el mejor compañero
no porque sea soledad ni tristeza,
pero porque me hace suspirar por aquel.

No hay planes para este invierno enamorado
ni de día, ni de noche
hasta en el mar la sal huye de mis ojos
y deja el cristal de la inocencia a su merced.

¿Por qué pensar que algo es imposible, aún incluso cuando se habla del amor?

Otra cosa que extraño de aquel calor tan particular
es el poder de florecer una rosa
en medio de la tierra más desierta y seca
en medio de la fortaleza más sólida

Ese veneno que incrusta su desilusión
en la frágil clepsidra
inundando de palabras sin perfumar
un cuerpo que espera.

Entre una y otra semilla
cuando otro la destruye
es odiar, es llorar, es enfurecerse
es hacer un mar del olvido, o del perdón

Palabras que no se desatan de su dueño
frases que raíces a la tierra aún tienen
y el limbo entre ambas que se mantiene
y el tiempo que se aburre de estar ahí.

Y con una guitarra, al son de aquella voz
me siento a pensar si ya llegó el día
en que los amores imposibles
brillen en un lugar distinto

y que aquí, sólo un tonto lenguaje sea hablado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario